Real Cofradía de Nuestro Señor en la Oración del Huerto

Real Cofradía de Nuestro Señor en la Oración del Huerto

Fundada en 1942

Entre los años 50 y los 60 el fenómeno de “los tambores” se generalizó en prácticamente todas las hermandades existentes en Zaragoza, salvo en la Oración en el Huerto, que no conformó su propio grupo de instrumentos hasta 1972, siendo la cofradía que Con más tiempo procesiono sin banda propia. Desde entonces, todas aquellas que han surgido en Zaragoza. y que a día de hoy siguen existiendo, se han presentado en su primera procesión con sección de instrumentos. Esto hizo que en “el Huerto”, los cantos penitenciales como ¡Perdón Dios mío! Con el rezo del Santo Rosario fuera el acompañamiento más característico do sus desfiles procesionales, y como en otras cofradías, también resultó importante la presencia de las bandas de música, como la Banda de Trompetas y Tambores del Reformatorio del Buen Pastor en los años 1945 y 1949 hasta 1956, o la Banda de Cornetas y Tambores de la Policía Armada desde 1957. La disolución de esta última fue la que motivó la gestación de la sección de tambores en el “Huerto” dejando su impronta en el uso de manoplas blancas en los puños durante años.

La evolución de la sección ha sido clara, como en otras cofradías, entre ese estilo de los inicios zaragozanos de combinación de banda de tambores y cornetas y toques del bajo Aragón con unas singularidades Conformadas durante la última década y que desde la cofradía califican como “muy del Huerto”, pretendiendo marcar con claridad la diferencia entre el redoble y el baqueteo y una importante presencia de contragolpe bombo-timbal.

Toques como “Entrada del Paso titular” (1996) o “Pandereta” (2012) recogen estás tendencias ejecutadas por distintos grupos, junto a la importante presencia de “la lenta”, vestigio de la llamada “Hermandad Tamboril” que dio forma a la sección en los años 70 y que ya en aquellos años llegó a contar Con un importante grupo de cornetas, siendo de las cofradías pioneras en conformarlo. Actualmente todo el grupo de instrumentos, a pesar de que la comitiva de la procesión presenta dos pasos y una peana, se organiza en un solo bloque, en el que también se incluyen los niños.


Una buena decisión al ser un grupo que no supera los cien integrantes. Se subdivide en tres secciones adaptadas al estilo y a lo que requiere cada marcha compuesta a voces. La formación está muy marcada con esta nueva forma de tocar, y dentro de ella se sitúa la denominada “Tercera Sección” compuesta por un grupo reducido de ocho personas colocadas en el centro de la formación y donde sus componentes, en ciertas marchas, hacen de solistas, improvisando como los redobladores de “lentas”.

La Oración, como otras cofradías hicieran con anterioridad, lleva el concurso y los toques de exhibición a la calle. Marchas como “Pandereta”, “Balancín”, “el principio del fin” o la todavía no completada “Novena”, son ejemplo de ello, fruto de la dedicación de los estudiosos de la percusión que tiene esta cofradía. De este modo nuevos ritmos y toques presentan a “el Huerto” con características reconocibles en las procesiones de Zaragoza, en su lento y largo discurrir por la calle Conde de Aranda, pudiendo considerar que esta cofradía marca un estilo propio buscando siempre diferenciarse en sus ritmos.


A lo largo de su andadura la sección de tambores ha tenido diez delegados, todos dejando su sello y siendo los representantes que ponen nombre a tantos y tantos anónimos hombres y mujeres del tambor.

El primer delegado fue Francisco Gracia Paracuellos, hijo de cofrade agricultor, gremio origen y esencia de esta cofradía, y que como tantas veces ha ocurrido llegó también a ser Hermano Mayor. Qué decir de José Antonio Simón Villaverde, que había mamado desde crio el redoble del tambor acudiendo al Bajo Aragón, creador de la “Hermandad Tamboril” y que configuró un estilo reconocible en “el Huerto” hasta en la forma de colocarse el instrumento. Por asuntos de salud fue relevado durante un año por Armando Andrés, siguiendo sus pasos como anteriormente había hecho en la Piedad.

El cuarto delegado fue José Manuel Oteo, un gran redoblador, comotantos otros que ha tenido la Oración y que continuó colaborando con Mariano Andrés manteniendo el estilo “bajo aragonés” de sus toques. Con Francisco Javier Gracia Marcellán estos tomaron un ritmo alegre y rápido que comenzarían a cambiar, alejándose de tas composiciones tradicionales, Alfredo González Langarita revolucionó la sección a mediados de 90, Introduciendo cambios y nociones de percusión inspirándose en todo tipo de músicas, teniendo claras referencias en otras cofradías zaragozanas. «Salida de sección” “Para ban para ban” o “Entrada del Paso titular” llevan su firma. El formo a las generaciones actuales representados por los delegados Francisco Valero, Francho Almau, y  Miguel Ángel Almau.

De Francisco Valero y su grupo de trabajo aún se mantiene en el repertorio “Las Galeras” y sus contragolpes de bombos en la que la influencia de José Antonio Simón es palpable. De los hermanos Almau son la gran mayoría de las marchas que escuchamos en la actualidad y configuran ese estilo “huerto” reconocible en el mundo del tambor Zaragozano “Serpiente”, “Sapito”, “Las voces”, “El Valls”… y tantas otras se despliegan a lo largo de los recorridos acompañando el misterio de la Oración en el Huerto y a Nuestra Señora de la Confortación.